Las máscaras quirúrgicas, también llamadas ‘cubrebocas’, tomadas por asalto en Asia ante el avance del nuevo coronavirus, son esenciales para las personas enfermas y recomendadas en las regiones más afectadas, pero no garantizan una protección al 100% contra la epidemia.
Con la rápida propagación de la enfermedad, que dejó hasta ahora 106 muertos y más de 4 mil 500 infectados en China, explotaron en la región las ventas de máscaras, a menudo baratas y de papel, cuyo uso es común en Asia contra la contaminación o como medida de higiene.
En China, donde apareció en diciembre el nuevo coronavirus y el uso de máscara es obligatorio en algunas provincias bajo pena de multa, las farmacias están agotando existencias de Hong Kong a Pekín pasando por Shanghai.
En Camboya, en Japón y en varios sitios en línea, los precios se dispararon ante la demanda.
En Tailandia, donde hay 14 infectados, las tiendas del centro de Bangkok fueron vaciadas en pocos días, mientras que se colocaron en las vitrinas letreros que anuncian: “No hay máscaras”.
300 clientes por día, la mayoría chinos, se abalanzaron sobre estos productos. No tenemos más, al igual que todos nuestros proveedores que están totalmente desbordados”, declaró Suphak Saphakkul, jefe de una pequeña farmacia en un centro comercial de la capital tailandesa.
En 36 años de carrera, sólo lo he visto una vez: durante la epidemia de SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo, que causó varios cientos de muertes en 2002 y 2003)”, añadió.
La situación no va a mejorar, ya que la gran mayoría de estas máscaras se fabrican en China.