Uno de los mayores problemas de salud pública en el país es ampliamente conocido; se encuentra en la obesidad como agente detonante de padecimientos crónico-degenerativos como la diabetes, las enfermedades del corazón; además de que se le asocia a ciertos tipos de cáncer.

A pesar de lo anterior, la obesidad tiene como “contracara” a la desnutrición, la cual, de acuerdo con la clasificación de la Secretaría de Salud, puede presentarse en tres niveles: severa, moderada y leve. Se trata de uno de los problemas, asociado generalmente a la pobreza, en los que menos se ha avanzado en los últimos años, y que representa un severo cuestionamiento, tanto ético, como en lo que se refiere al curso de desarrollo que se ha elegido para el país.

Desnutrición leve, algunos avances

De acuerdo con la información del Boletín Epidemiológico de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, en 2019 hubo 71 mil 750 personas atendidas por desnutrición leve en alguna de las instituciones del Sector Salud. De esa cantidad, 32 mil 930 casos corresponden a hombres y 38 mil 820 a mujeres. La cifra señalada es inferior a la que se presentó en 2018, cuando se contabilizaron 78 mil 7 casos.

Es importante señalar que deberá esperar a que la Secretaría lleve a cabo la estimación de la incidencia de este padecimiento, para estimar la magnitud del problema en el país, pues el dato, hay que insistir, es relativo sólo a las personas diagnosticadas.

En desnutrición moderada, estancamiento

De acuerdo con los registros de la Secretaría de Salud, en materia de desnutrición moderada se observa un estancamiento respecto de los datos del 2018. En efecto, mientras que en ese año hubo 12 mil 350 casos, en el año 2019 la suma fue de 12 mil 349, es decir, prácticamente la misma cantidad de personas que recibieron ese diagnóstico.

Debe destacarse que las diez entidades que registran mayor número de casos son: Estado de México, con dos mil 529; Ciudad de México, con mil 318; Veracruz, con 761; Puebla, con 724; Chihuahua con 668; Guerrero con 512; Chiapas con 473; Hidalgo con 458; Jalisco con 435; y Zacatecas con 391.

No debe dejarse de lado la aparente incapacidad del sector salud para detectar este tipo de padecimientos, los cuales, por lo que indican los datos, no constituyen uno de los asuntos prioritarios, cuando se trata de una de las cuestiones más relevantes para el Estado mexicano, si se aborda el tema desde una perspectiva de derechos humanos.

El retroceso

Los datos disponibles respecto a las desnutrición crónica en 2019 muestran un incremento relevante, comparado con lo ocurrido en 2018.

En efecto, mientras que en ese año hubo  cinco mil 500 casos totales, en 2019 se llegó a seis mil 195, de los cuales, dos mil 995 fueron de hombres y tres mil 200 fueron casos de mujeres. Se trata de una cifra que implica al menos 16 casos diarios, con los ya señalados temas de subregistro y necesaria estimación de tasas de incidencia.

Las 10 entidades donde se registra mayor número de casos son: Ciudad de México, con mil 237 casos; Estado de México, con 438; Chiapas, con 349; Guerrero, con 334; Chihuahua, con 327; Zacatecas, con 295; Sinaloa, con 284; Veracruz, con 278; Oaxaca, con 249; y Puebla, con 246.

El hecho de que en esta lista, después de las entidades más pobladas, aparecen las más pobres, fortalece la hipótesis relativa a la necesidad de darle carácter prioritario a esta agenda en el sector salud; a mejorar los mecanismos de diagnóstico; y a trabajar intensamente para revertir la tendencia en el país.

Fuente: excelsior.