Aunque ya había sido vista, nadie sabía que se trata de una distinta. Han sido universitarios de la UNAM los que han notado que un espécimen de araña violinista no es igual a todas las demás.

Loxosceles tenchtitlan’ es como han decidido llamar a la nueva araña violinista que hasta ahora ha sido confundida con otras especies. Es, de acuerdo con Alejandro Valdez-Mondragón, académico del Instituto de Biología de la máxima casa de estudios de México en su sede Tlaxcala, “morfológicamente parecida a la encontrada en el Valle de México, inicialmente se pensó que había sido introducida a esta región por el traslado de plantas de ornato, pero al hacer estudios de biología molecular de ambas especies nos dimos cuenta que son completamente diferentes“.

Si se ha necesitado de biología molecular para distinguirla, ya no es extraño que el hallazgo no se haya dado antes.

L TenochtitlanImagen de L. Tenochtitlan publicada por la UNAM.

El académico hizo el descubrimiento junto con sus alumnas Claudia Navarro, Karen Solís, Mayra Cortez y Alma Juárez, equipo que se ha familiarizado con la familia Loxosceles luego de que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología otorgara un financiamiento para un proyecto sobre la araña. Adentrarse en la taxonomía, biología molecular, conducta y morfología de la familia de arañas fue fundamental para el descubrimiento.

L. Tenochtitlan ahora se convierte en la única araña violinista nativa de la Ciudad de México, Estado de México y Tlaxcala.

Las arañas violinistas se caracterizan por ser de café oscuro, además de tener un patrón similar a un violín en el dorso, de ahí su nombre.