En el mundo existen miles de lugares increíbles que son capaces de asombrar a cualquiera ya sea por su historia, su belleza arquitectónica, su majestuosidad, su tamaño… pensar en elegir cuáles son las mejores o favoritas parece una tarea casi imposible, pero no lo es y el listado de las Siete Maravillas del Mundo lo demuestra.

Fue en el siglo XVI que se configuró por primera vez esta lista curada por el pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck; aunque aún no se sabe por qué se eligieron siete en lugar de cualquier otra cantidad, se cree que se debe a que en la cultura helenística este número era considerado perfecto.

En 2007, se creó la lista de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo con la intención de que esta se adaptara mejor a la actualidad, pues casi todas las edificaciones, monumentos y construcciones nombradas anteriormente habían desaparecido ya, sólo quedaba la pirámide de Guiza, en Egipto.

Foto: Adam Bichler / Unsplash

Por otro lado, hasta entonces no existía ninguna Maravilla reconocida en América, Asia ni Oceanía.  Ahora, hay en Asia, África, Europa y América, en donde además se encuentran tres de las siete: en Brasil, Perú y ¡México!

Tras una votación mundial en la que se registraron más de cien millones de votaciones, México logró colocarse en la lista representado por el sitio arqueológico de Chichén Itzá en Yucatán. El espectacular sitio quedó por encima de lugares que incluso podrían considerarse más mediáticos y famosos como la Torre Eiffel en Francia, la Torre de Pisa en Italia, y la Catedral de San Basilio en Rusia.

Chichén Itzá, una ciudad hecha de historias

Chichén Itzá fue fundada aproximadamente en el año 3000 a. C. por los chanes provenientes de Bacalar. Está asentada en las cercanías del Cenote Sagrado, que era considerado una de las principales entradas al inframundo, por lo que representaba una forma de contacto con los dioses que ahí habitaban; por ello su nombre significa “boca del pozo de los brujos de agua”.

Foto: Christina Warner / Unsplash

Entre todas sus construcciones, destaca el Templo de Kukulkán, que en la cultura maya era la representación de Quetzalcóatl; este fue nombrado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988 y en 2007 quedó en el séptimo lugar de las votaciones para elegir a las Nuevas Maravillas del Mundo.

Chichén Itzá fue el centro político, económico de religioso de la región durante siglos; aunque siempre tuvo relevancia por el tamaño de sus construcciones y el lugar que ocupaban en la sociedad sus habitantes, tuvo su máximo apogeo en el período comprendido entre los años 800 y 1500.