Hablar de tecnología no solo es traducir las tendencias o los gadgets que vendrán a cambiar las formas en las que el ser humano vivirá los siguientes años. Es saber también cuáles son los retos a los que se enfrenta como sociedad y con base en esto, saber si esta innovadora industria que promete cambiar y romper paradigmas, le ofrece lo mismo a los hombres que a las mujeres.

“Todavía seguimos viviendo en una sociedad mayormente machista y en el ámbito de la política y la tecnología (que es donde yo estoy) a veces es el doble o triple, con lo que se hace muy difícil llegar a puestos de decisión, de poder sin que tengas que demostrar el doble o el triple que tus colegas varones”, dice en entrevista para Forbes México, Cecilia Nicolini, directora de Opinno Research Center e Investigadora de Harvard y del MIT.

La politóloga e investigadora en temas de Tecnopolítica, señala que todavía existen barreras en las que las mujeres no han podido romper esa brecha social, política, económica en donde los hombres son los mayores beneficiados.

Con políticas disparejas, beneficios desbalanceados y sobre todo, con un ambiente en el que los hombres mantienen el poder en ideologías y prácticas, difícilmente dice, se podrá encontrar un menor contraste social.

“Y esto nos lleva a generar menos participación en las carreras que se están estudiando en la rama de la tecnología y todo esto se traduce en que las grandes empresas de tecnología casi no tienen mujeres”, señaló.

Ejemplificó cómo algunas compañías fabricantes de tecnología y programadoras de algoritmos, desde el momento en que crean un producto, son pensados y diseñados por hombres lo que conlleva sesgos de discriminación.

“Por ejemplo, cuando diseñan un algoritmo para cualquier proceso de Inteligencia Artificial si en ese proceso no participan mujeres, minorías, o gente de color, no traen su perspectiva. Al final son personas las que diseñan estos algoritmos, que les dicen qué datos analizar, qué datos correlacionar y de qué manera se pueden automatizar los procesos. La tecnología es poderosa porque amplifica y lleva a escala las cosas, si encima de esto se amplifica y se lleva a escala los sesgos, los prejuicios, la discriminación, la brecha va a ser cada vez peor”, detalla.

Sin embargo la tarea no es fácil. La investigadora señala que si incluimos mujeres de manera orgánica en estos procesos aun así no se va a solucionar ni en 200 o 300 años y para esto hay que tener cuotas más parejas y políticas más activas.

Sobre el tema de cantidad y mayor número de participación en los espacios, dijo que sí es necesario pero no todo se debe disolver en esta decisión.

En una comparativa como en algunos gobiernos como el de México en donde la participación de las mujeres ha sido mayor que en otros sexenios, la directiva dijo que es un ran paso pero no es suficiente.

“Necesitamos sí número de mujeres en las cámaras y en los procesos que nos representen, pero también necesitamos políticas sustantivas de cambio de transformación de una perspectiva de género que muchas veces no alcanza, porque por más que haya mujeres si a la hora de decidir a veces se replican discriminaciones o enfoques machistas”, señaló.

Uno de los objetivos para romper esta brecha, señala que son necesarias mayorías políticas, de decisiones, que los espacios de decisión también traigan nuevas políticas con perspectivas de género. “Una educación con perspectiva de género, que esta transformación sea sustantiva en los nuevos términos de las reglas de la sociedad y de nuevas reglas económicas”, dice.

Esta semana se llevó a cabo el Emtech Digital Latam, de la mano del MIT Technology Review, IPADE Business School y Opinno, la conferencia internacional que pone en relieve a las tecnologías emergentes. Este año, con la temática que está revolucionando innumerables sectores: la Inteligencia Artificial.

 

 

 

 

Fuente: Forbes.