Las rutas de migrantes centroamericanos por territorio mexicano que intentan llegar a Estados Unidos han dejado de ser unidireccionales para convertirse en multidireccionales, lo que ha provocado que al menos medio millón de migrantes traten de hacerse “invisibles” y estén “rebotando” en distintas partes del país, en busca de rehacer su vida.

El estudio ¿Me puede decir, por favor, qué camino tomar? La Multidireccionalidad de la Migración centroamericana de tránsito por Celaya, de la Universidad Latina de México, señala que esto está ocurriendo debido a las directrices migratorias vigentes de Estados Unidos y México, a partir de julio de 2019.

Este trabajo, para el cual se realizaron 380 encuestas, sostiene que la hipótesis de que la migración (por México hacia Estados Unidos) de personas centroamericanas que masivamente empezó a finales de 2018, se trata de un evento espontáneo de personas que huyen de la violencia y la pobreza de sus países de origen, “se rompe cuando se interroga a las personas sobre la forma en que están financiando su viaje:

“48% respondió que financiaba su ida a Estados Unidos con dinero ahorrado, con un préstamo que obtuvieron en su país o que vendió todo lo que tenía. El 12% cuenta con un familiar o amigo en Estados Unidos que le está financiando el viaje, y 5% salió (de su país de origen) por la aventura de ver si lograba cruzar”.

Históricamente, Celaya, en el estado de Guanajuato se ha convertido en un punto neurálgico para el paso de personas en busca de las distintas rutas para llegar a la frontera con Estados Unidos. Uno de los motivos es por la rutas ferroviarias que convergen en Guanajuato.

En el informe de la Universidad Latina de México señala que en el camino de los migrantes de sur a norte, tiene que atravesar aproximadamente territorio de 16 estados de México.

Como parte de los antecedentes para este estudio, que tiene como objetivo analizar las condiciones de inserción de las personas migrantes de Centroamérica, se mencionan los hechos de San Fernando, Tamaulipas, cuando 72 migrantes (58 hombres y 14 mujeres) fueron asesinados en agosto de 2010; a partir de abril de 2011 fueron localizados 193 cadáveres de migrantes en 47 fosas clandestinas.

Menciona el trabajo, que entre las formas adoptadas para proteger a los migrantes en su paso por México hacia Estados Unidos “se ha promovido la búsqueda de protección internacional a través de la solicitud de asilo, lo que permite que el tránsito de los migrantes sea como refugiados”. Algo similar a lo que sucedió de Lampedusa a Siria.

Entre otros resultados, el estudio encontró que la mayor parte de las personas migrantes proceden de Honduras, en un 83%; que 56% tiente entre 18 y 27 años de edad; 91.2% son hombres; 53% solteros; que la gran mayoría son “analfabetos funcionales”, pues, asienta el documento, “a pesar de que 83% dice que sabe leer y escribir: el 37% no terminó la educación básica, y 30% es la única educación formal con la que cuenta”.

Como parte de las encuestas levantadas en la Casa del Migrante de Celaya está que 57% de los migrantes son jóvenes en busca de un futuro mejor; 53% son campesinos; 38% trabajan por su cuenta como taxistas, soldadores, mecánicos.

Se desprende que sus condiciones económicas son muy precarias; que realizan trabajos temporales en el campo y la ciudad, y que se emplean principalmente en el sector primario y son semianalfabetas.

La investigación universitaria conduce a que si bien los factores económicos y violencia detonan buena parte de la migración, hay un factor fundamental que permite agruparse para formar las ya célebres caravanas: ésta se debe principalmente al flujo de información que corre a través de las redes sociales.

El 63% de las personas que participaron en la encuesta dice que tiene parientes en EU, que están dispuestos a ayudarles a llegar a la Unión Americana y a encontrar un trabajo en ese país.

Fuente: excelsior.