El Vaticano comenzó hoy los análisis de los miles de huesos que se encontraron en los dos osarios que se abrieron en el marco de la investigación para buscar posibles restos de Emanuela Orlandi, la joven de 15 años, hija de un funcionario vaticano y cuya desaparición es uno de los grandes misterios de Italia.

El pasado sábado con la presencia de familiares de Emanuela Orlandi se abrieron los dos osarios encontrados bajo el cementerio alemán dentro de los muros de la Ciudad del Vaticano y en los que se descubrieron miles de huesos, que ahora tendrán que ser examinados.

A los osarios se llegó después de que fueran abiertas, y halladas vacías, el pasado 11 de julio las tumbas en las que se creía que estaban enterradas la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836, y la adyacente, de la princesa Carlota Federica de Mecklemburgo, que murió en 1840.

La familia Orlandi dijeron al Vaticano que fuentes anónimas les habían indicado una de las tumbas como el posible lugar donde estarían los resto de la joven desaparecida en 1983.

Pietro Orlandi, hermano de la joven, explicó hoy que de los 24 sacos de restos óseos se analizó el contenido de seis de ellos.

La oficina de prensa del Vaticano informó a los periodistas que el perito Giovanni Arcudi, asistido por su personal, en presencia del experto de confianza designado por la Familia Orlandi, inició el análisis morfológico de los hallazgos encontrados en los osarios.

El análisis se llevará a cabo de acuerdo con protocolos reconocidos internacionalmente, en particular identificando los elementos, en la estructura ósea, útiles para diagnosticar la datación de los hallazgos”, se lee en el comunicado.

El perito de la familia Orlandi, Giorgio Portera, explicó que con los exámenes de los huesos se podrá determinar si son de una persona muerta hace varias decenas de años o de cientos.

Desde hace 36 años la familia Orlandi busca respuestas, sobre todo en el Vaticano, que hasta ahora había rechazado abrir cualquier tipo de investigación, sobre qué le ocurrió a Emanuela cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro tras salir de su clase de flauta en la escuela de música de San Apolinar, en Roma.

La desaparición de Emanuela Orlandi siempre ha estado rodeada de misterio y teorías, desde la implicación de hombres de la curia vaticana, a la Banda de la Magliana (la mafia de Roma) o la relación con el atentado contra el papa Juan Pablo II por el turco Ali Agca.

En 2012, la familia pidió una investigación cuando se encontraron restos óseos sin identificar al lado de la tumba en la basílica de San Apolinar de Enrico De Pedis, jefe de la Banda de la Magliana durante los años 70 y 80.

Hace algunos meses, el hallazgo de unos huesos en el sótano de la nunciatura de la Santa Sede en Roma también hizo que se volviese a hablar del caso, pero finalmente se determinó que eran anteriores a 1964.

Fuente: Excelsior.