La organización sin fines de lucro Médicos Sin Fronteras criticó la política de Estados Unidos para los migrantes centroamericanos que buscan asilo.

En el informe Sin Salida, divulgado ayer, destacó que “las personas que buscan protección son tratadas como criminales: detenidas, deportadas y, a menudo, devueltas a las mismas condiciones violentas de las que intentaban escapar”.

Afirmó que, desde su anterior informe, emitido en 2017, las condiciones han empeorado en la región centroamericana y para los migrantes que buscan asilo.

El crimen organizado y las maras mantienen un fuerte control social en una parte significativa del territorio de Honduras, Guatemala y El Salvador, donde la pobreza y la violencia se mezclan de forma inextricable”, sostiene.

De acuerdo con una investigación que lleva a cabo desde 2012, encontró ahora que “61.9% de los migrantes y refugiados encuestados por MSF estuvieron expuestos a alguna situación de violencia durante los dos años anteriores a su salida de su país”.

Cerca de la mitad (42.5%) sufrió la muerte violenta de un familiar en los dos últimos años; 16.2% la desaparición de un familiar y 9.2% el secuestro de un familiar.

El informe se realizó con  base en 480 entrevistas y testimonios personales, de las que 97.9% fueron migrantes centroamericanos.

Advirtió que, “pese a las obligaciones legales nacionales e internacionales que tienen los Estados de ofrecer protección a quienes huyen de la violencia y la persecución, el gobierno de Estados Unidos ha dictado medidas que limitan drásticamente el acceso al asilo.

El gobierno estadunidense ha presionado a México y a otros países de la región para frenar la migración y evitar que los solicitantes de asilo lleguen a su frontera sur”.

Por lo tanto, “la población solicitante de asilo y migrante centroamericana se encuentra sin salida, atrapada por una combinación de barreras que suponen un riesgo para la salud, tanto física, como mental”.

MSF “pretende visibilizar los efectos devastadores que la criminalización de la migración tiene para la población que huye de la violencia y la pobreza en el Triángulo del Norte Centroamericano”.

Anotó que “en los siete años que llevamos dando atención médica a pacientes en la ruta migratoria, hemos sido testigos tanto de su sufrimiento extremo, como de su extraordinaria resiliencia”.

Seguimos teniendo la convicción de que las personas afectadas por la violencia en Centroamérica, independientemente de su estatus legal o el país en el que se encuentren, deben tener acceso a atención médica, protección y asistencia humanitaria”, concluyó el grupo.

Fuente: excelsior.