Puerto Rico se ha librado del azote del huracán Dorian. En su ruta hacia el norte, el ciclón ha esquivado la isla caribeña, aunque se prevé que gane intensidad en el Atlántico y, ya crecido, alcance Florida en torno al lunes. Antes, este viernes, Dorian se convertirán en “gran huracán”, según ha anunciado el del Centro Nacional de Huracanes de EE UU (NHC en sus siglas inglesas).

Durante los últimos días, los puertorriqueños han esperado con inquietud el primer golpe directo de un ciclón desde que el monstruoso huracán María destruyera hace dos años parte de este territorio estadounidense en el Caribe y causara la muerte, según un estudio científico, a unas 4.600 personas. No obstante, a medida que se acercaba a la isla, la tormenta se fue desplazando fuera de sus costas, hacia el este.

La gobernadora de la isla, Wanda Vázquez, confirmó en una rueda de prensa a última hora del martes que Puerto Rico ha retomado la normalidad y que el país no ha sufrido daño alguno.

La atención se dirige ahora a EE UU. Florida ha declarado el estado de emergencia para 26 condados del Estado que se pueden ver afectados por el huracán. DeSantis ha declarado el estado de emergencia para las regiones que se ubican entre los condados de Duval, al norte, y Monroe, al sur, entre ellos, Miami-Dade, el más poblado del estado; su vecino Broward, donde se asienta Fort Lauderdale; y Palm Beach.