El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enfrenta a un nuevo peligro esta semana, no solo de los demócratas que buscan destituirlo, sino de su propia administración, ya que ahora hay al menos dos informantes dispuestos a hablar sobre sus acciones.

Hay dudas sobre si la administración de Trump permitirá que varios testigos hablen con los paneles de la Cámara esta semana como estaba planeado, y parece que algunos legisladores republicanos están cada vez más inquietos sobre qué más podría surgir con respecto a las solicitudes del mandatario a líderes extranjeros.

Los abogados que representan a un funcionario de inteligencia que mostró una denuncia formal por la llamada telefónica de junio entre Trump y el presidente de Ucrania, en la que el estadounidense presionó al Gobierno ucraniano para desenterrar información dañina sobre un rival político, dijeron el domingo que ahora están representando a múltiples informantes. No quedó claro cuántos más hay.

Un segundo informante tiene conocimiento de primera mano que respalda la denuncia presentada por el primer funcionario y ha hablado con el inspector general de la comunidad de inteligencia de EU, Mark Zaid, según uno de los abogados que representan a los informantes. El segundo individuo no ha presentado una denuncia por separado, comentó Zaid.

Las revelaciones sobre múltiples informantes elevan las apuestas para Trump, a medida que los demócratas de la Cámara se preparan para deponer en privado a los funcionarios más actuales y anteriores sobre las circunstancias que rodearon la llamada en la que Trump le pidió al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, investigar al exvicepresidente Joe Biden, candidato a la nominación presidencial demócrata para 2020.

La administración de Trump todavía está tratando de formar una estrategia sobre cómo manejará la investigación de la Cámara. El presidente ha insistido en que no ha hecho nada malo, pero también ha dejado en claro que no confía en los demócratas de la Cámara que llevan a cabo la investigación de juicio político y los ha estado desafiando a votar sobre la apertura de los procedimientos de juicio político.

Los paneles de la Cámara requirieron a la Casa Blanca documentos sobre los esfuerzos de Trump y Rudy Giuliani, su abogado personal, por presionar a Ucrania para que abra una investigación sobre los Biden.

El mandatario debe decidir si bloquear los distintos paneles de la Cámara, como ha sugerido, o proporcionar los documentos antes de la fecha límite del 18 de octubre.

Tampoco está claro qué tipo de información dañina tiene el nuevo informante, o si puede surgir alguna otra. Pero los asesores de Trump desestimaron la revelación de una nueva posible denuncia.

“No importa cuántas personas decidan llamarse a sí mismos informantes sobre la misma llamada telefónica –una llamada que el presidente ya hizo pública–, no cambia el hecho de que no ha hecho nada malo”, informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, en un comunicado.

Los demócratas de la Cámara todavía están tratando de concertar un momento para que el informante original testifique y seguramente querrán saber de otros.

En los próximos días, están listos para reunirse con diplomáticos, incluida Marie Yovanovitch, la exembajadora de Estados Unidos en Ucrania quien, según los informes, fue expulsada por petición de Giuliani –que no tiene un papel oficial en el Gobierno–, porque no pudo facilitar una investigación sobre Biden.

Trump fue ampliamente criticado la semana pasada después de que pidió a China a investigar a Biden y su hijo, Hunter. El comentario, hecho a periodistas fuera de la Casa Blanca, fue demasiado lejos para al menos dos senadores republicanos: Ben Sasse de Nebraska, quien escribió que los “comunistas chinos” no deberían llevar el agua a Estados Unidos, y Susan Collins de Maine, quien omentó que Trump cometió “un gran error”.

El senador Mitt Romney, de Utah, criticó a Trump por un “llamamiento descarado y sin precedentes a China y Ucrania”.

El candidato presidencial republicano de 2012 se ganó un fin de semana de ira por parte de Trump, quien tuiteó que Romney era un “pomposo” que debería ser destituido. Esto ilustra el riesgo de que los legisladores republicanos ofendan a un presidente que, según las encuestas de opinión, sigue siendo extremadamente popular entre los votantes republicanos.

“Los líderes republicanos y los miembros del Congreso, tanto del Senado como de la Cámara de Representantes, se están deteniendo, porque están aterrorizados de lo que sucederá con cualquiera de ellos si hablan”, declaró el domingo a CNN Colin Powell, el secretario de estado del expresidente George W. Bush.

Trump mencionó en Twitter la semana pasada que quiere desenmascarar al informante. También sugirió que las personas involucradas habían estado “espiando” y amenazó con “grandes consecuencias”.

Trump afirma que Biden ayudó indebidamente a su hijo Hunter a beneficiarse de negocios en Ucrania y China. Las acusaciones relacionadas con Ucrania han sido desacreditadas, y las relacionadas con China no están respaldadas por detalles conocidos públicamente. La campaña 2020 de Biden ha desestimado las acusaciones por carecer de fundamento.

Biden, cuyo estatus como líder demócrata para 2020 ha disminuido a medida que Trump y otros republicanos buscan voltear la narrativa sobre Ucrania, respondió el sábado por la noche.

En un artículo de opinión del Washington Post, Biden dio a conocer que Trump está presionando “teorías de conspiración desacreditadas y difamaciones contra mí y mi familia”.

Fuente: El financiero.