El sábado 3 de agosto fue el último día que se supo algo del mexicano Jesús Ríos González. El hombre de 71 años de edad se encontraba en el Valle de Vió de la boscosa comarca de Sobrarbe, ubicada al norte de Aragón, España.

 

A los cinco días de búsqueda tras la desaparición se han sumado voluntarios y drones de la Guardia Civil de España pues el intenso calor mina con celeridad la salud del mexicano desaparecido.

Jesús salió a caminar como cada mañana y no regresó, la última persona que declaró haberlo visto -a 8 horas de distancia a pie desde el lugar donde residía-, dijo que parecía desorientado.

Su familia confía en que sea encontrado con vida pues lo creen capaz de soportar meses y meses en el bosque. “Es un hombre de montaña, si está en la naturaleza, está en su medio”, señaló a un medio local su yerno Daniel Benito.

Jesús salió temprano y ya no volvió

Como cada día, Jesús salió de la casa a las siete de la mañana para su habitual paseo de dos horas. Matemático de profesión, el mexicano residía en el retiro de Casa Cuadrau en Vió (Huesca).

De acuerdo con su familia siempre había sido una persona prudente y estaba en muy buena forma, por lo que su desaparición es un misterio. Ese sábado 3 de agosto no llegó a desayunar.

Daniel Benito (yerno) y Katya y Cristian Ríos (hijos del desaparecido). 

La última persona que lo vió con vida fue un habitante de Morillo de San Pietro, un pueblo mayormente deshabitado. El mexicano le habría preguntado cómo volver a Vió.

La investigación por la desaparición ha resultado difícil pues a la Guardia Civil de Huesca le hace falta información sobre Jesús Ríos. Además, la abundante vegetación ha complicado la búsqueda.