En la zona sur de Quintana Roo, el costo promedio del metro cuadrado pasó de 1,000 a 4,500 pesos, asegura el Colegio de Ingenieros Civiles.

Cancún, QR. El fenómeno especulativo es inevitable en la zona sur de Quintana Roo debido al Tren Maya.

Por ejemplo, en Bacalar el precio promedio de la tierra pasó de 1,000 pesos el metro cuadrado a alrededor de 4,500 pesos, es decir, un crecimiento de 350%, comentó Amir Efrén Padilla Espadas, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Quintana Roo Zona Sur.

A partir de que se confirmó el proyecto del Tren Maya con la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente del país en diciembre pasado, agentes inmobiliarios comenzaron a vender tierras por donde supuestamente va a pasar la vía, dijo.

“Es pura especulación porque los propios funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) nos han dicho que tienen al menos tres opciones para la ubicación de las estaciones. Lo que es un hecho es que habrá talleres de mantenimiento en Chetumal, pero tampoco está definido dónde los construirán”, añadió.

“Sin embargo, será inevitable que una vez que se conozca con exactitud el trazo de la vía y la ubicación de las estaciones se intensifique el fenómeno especulativo como ya comenzó a suceder en Bacalar donde el auge turístico y el anuncio de una estación del Tren Maya ha cuadruplicado el valor del metro cuadrado de tierra”, insistió el dirigente de los ingenieros civiles.

Por su parte, el comisario ejidal de Bacalar, Filiberto Buitrón Hernández, reconoció que les han presentado ofertas de compra de sus tierras en los últimos meses para la edificación de hoteles, parques temáticos y zonas residenciales, aunque, añadió, la asamblea ha rechazado todas porque no quieren vender sino ser socios de los desarrollos que traiga consigo el Tren Maya.

“Justo en la próxima asamblea ejidal se nos va a presentar otro proyecto para Bacalar, no sabemos aún de qué se trata, pero ya nos han venido a ofrecer muchos otros; algunos nos quieren comprar de 10 a 100 hectáreas para construir hoteles, principalmente”, aseguró.

No obstante, la asamblea ejidal ha asumido la misma postura que mantiene con el Fonatur, es decir, no venderán sus tierras, sino que quieren convertirse en socios de cualquiera que sea la propuesta de desarrollo para las tierras propiedad del ejido; la opción de incorporarse al Tren Maya que ofrece el gobierno federal es a través del fideicomiso de inversión y bienes raíces (fibra).

El ejido de Bacalar, fundado en 1936, dispone actualmente de 56,280 hectáreas, cuyos posesionarios son 165 ejidatarios que han decidido de manera unánime no vender sus tierras, sino participar de los distintos proyectos que se avecinan para Bacalar en el mediano y largo plazos, comentó en entrevista previa Luis Chimal Balam, comisario ejidal.

En negociaciones

El pasado 25 de agosto, Rogelio Jiménez Pons, director general de Fonatur, comentó que el anuncio del Tren Maya está generando un fenómeno especulativo de la tierra en la zona sur de Quintana Roo.

Aseveró que, ante ello, han acelerado las negociaciones con propietarios de la tierra por donde está proyectado el trazo de la vía férrea; actualmente ya tienen 98% de anuencias de ejidos para el derecho de vía.

Dichas anuencias, refirió, son sólo el principio de las pláticas para consolidar la integración de tierras ejidales a la obra férrea, pero, ahondó, es una manifestación abierta y clara a favor del participar con el proyecto federal.

Jiménez Pons indicó que la labor de Fonatur ha sido la de solicitar a los ejidatarios que no vendan sus tierras; el gobierno federal, acotó, tampoco se las pretende comprar, sino que será a mediante el fibra que se les pretende incorporar como socios del Tren Maya.

Recordó que el pasado 4 de agosto la incorporación por medio del fideicomiso se le planteó a la asamblea ejidal de Bacalar. “No se les pidió vender su tierra, sino que se les explicó que sería todo a través del fideicomiso, parece que hubo consenso y nos volveremos a reunir con ellos para seguir avanzando”.

“Bacalar está cayendo en un grave problema de anarquía y desorden, pero si logramos que aporten tierra para un programa de ordenamiento en torno al Tren Maya a ellos les va a convenir más que a nadie”, expuso Rogelio Jiménez.

CPTQ refuerza promoción en Norteamérica

Cancún, QR. El Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ) concluyó una gira promocional por ciudades de Estados Unidos como St Louis, Minneapolis, Milwaukee y Chicago, en conjunto con representantes de la firma Apple Leisure Group.

La delegación quintanarroense estuvo conformada por las asociaciones de hoteles de la Riviera Maya y Cozumel, los hoteles Secrets Aura Cozumel, RIU, el Cozumeleño, Iberostar, Now, The Reef, Fiesta Americana Group y Crown Paradise, así como Grupo Xcaret, la cual convocó a 350 agentes de viajes, a quienes se les expusieron las novedades de los destinos turísticos del Caribe Mexicano, además de los próximos eventos.

Lizzie Cole, integrante del CPTQ, comentó que los agentes de viajes se mostraron interesados en Holbox y Grand Costa Maya como nuevos productos turísticos para sus clientes, además de que agencias de Chicago solicitaron información sobre la realización de bodas en la Riviera Maya.

Asimismo, se difundió información de los eventos más importantes a realizarse en Quintana Roo durante la segunda mitad del año en curso.

Para reforzar la caravana, se colocaron espectaculares de Mahahual, Cozumel, Holbox, Cancún, Bacalar y Tulum en avenidas de Chicago, Minneapolis y Milwaukee.

Según estadísticas del CPTQ, el mercado de Estados Unidos tiene una estancia promedio de seis días y 20% de ellos compra a través de agentes de viajes tradicionales, lo que significa más de 800,000 turistas al año.

Lizzie Cole comentó que se trata de acciones para revertir la tendencia a la baja que ha venido mostrando el turismo estadounidense en Quintana Roo.

Uno de los objetivos del CPTQ es incidir en la decisión de compra del consumidor final, pues además de las reuniones con agentes de viajes lanzaron campañas digitales dirigidas a turistas con el perfil que se pretende atraer a Quintana Roo, es decir, aquel que viaja más de tres veces al año.