El primer ministro británico, Boris Johnson, intentó formar una coalición este jueves en la Cámara de Representantes para sacar adelante su propuesta de Brexit, pese al tibio recibimiento que dieron los líderes europeos a la iniciativa.

Johnson se dirigió a los legisladores cuyas circunscripciones votaron a favor de abandonar la Unión Europea en el referendo de 2016. El primer ministro alegó que los cambios de su propuesta sobre la regulación del comercio entre Irlanda e Irlanda del Norte después del Brexit deberían resolver las preocupaciones que llevaron a varios parlamentarios a rechazar en tres ocasiones el acuerdo negociado por su predecesora, Theresa May.

“Hemos hecho un esfuerzo genuino por cerrar la brecha, para reconciliar lo aparentemente irreconciliable”, dijo al comenzar su intervención.

Abordando el principal obstáculo en las negociaciones del Brexit, la nueva propuesta se centra en mantener una frontera abierta entre Irlanda del Norte, que forma parte de Reino Unido, e Irlanda, miembro de la UE.

Gran Bretaña propone lograrlo manteniendo a Irlanda del Norte sujeta a las normas de la UE para el comercio de productos, posiblemente durante un largo periodo de tiempo.

El plan provocó reacciones dispares entre los líderes europeos y no parecía cumplir sus exigencias de mantener una frontera abierta.

El responsable de Brexit en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, dijo que el plan no da suficientes garantías a Irlanda.

“La primera impresión de casi cualquier miembro del Grupo de Orientación del Brexit no fue positiva”, dijo, añadiendo que el grupo detallaría sus objeciones el jueves.

Johnson ha presentado la propuesta como un compromiso. El plan crearía “una zona regulatoria en toda la isla de Irlanda, que cubriría todas las mercancías, incluidos productos agrícolas de alimentación”. Eso mantendría a Irlanda del Norte sujeta a la regulación de la UE para productos de alimentación, agrícolas e industriales, eliminando la necesidad de controles de frontera.

La propuesta británica no da un plazo para mantener esa situación, aunque la Asamblea de Irlanda del Norte tendría que renovarla cada cuatro años. Sin embargo, esa asamblea lleva más de dos años suspendida por una disputa entre los dos partidos que compartían el poder, los principales grupos unionistas y nacionalistas.

Según el plan, aún habría controles aduaneros, pero Johnson sugirió que podrían realizarse lejos de la frontera, en “otros puntos de la cadena de suministro”.

Johnson insiste en que Gran Bretaña abandonará la Unión Europea el 31 de octubre con o sin acuerdo, pero el Parlamento ha aprobado una ley que le obliga a pedir un aplazamiento si no se alcanza un acuerdo.

La posición del mandatario es precaria porque no tiene mayoría en el Parlamento.

Fuente: El financiero.