Afganistán fue escenario de nuevos ataques por tercer día consecutivo, con la explosión de un coche bomba cerca de un hospital, que dejó más de 20 muertos y 90 heridos, y un operativo estadounidense con drones contra combatientes islamitas fallecieron al menos nueve civiles.

Los talibanes, que se atribuyeron la autoría del atentado, han perpetrado ataques casi a diario desde el colapso de las conversaciones de paz con Estados Unidos a principios de mes.

La demoledora explosión destruyó parte del hospital de Qalat, la capital de la provincia sureña de Zabul, y provocó importantes daños en la flota de ambulancias.

Residentes, muchos de los cuales estaban en el centro para visitar a familiares enfermos, utilizaron chales y mantas para llevar a los heridos al interior del dañado edificio, mientras las autoridades trataban de trasladar a los más graves a hospitales de la cercana Kandahar.

El objetivo del atentado era una oficina de inteligencia próxima, explicó en un tuit el vocero talibán Zabihullah Mujahed. La explosión “mató/hirió a decenas de agentes de inteligencia”, agregó.

Se trata del cuarto atentado en tres días en este país, a menos de 10 días de las elecciones presidenciales del 28 de septiembre. En total, los ataques de los últimos días han dejado unos 70 muertos y decenas de heridos.

Horas antes, un ataque con drones, atribuido a las fuerzas estadounidenses, causó nueve muertos y hasta 30 heridos, la mayoría de ellos civiles, en la provincia oriental de Nangarhar, dijo Jawaid Zaman, asesor presidencial para asuntos tribales.

En tanto, el secretario del Departamento de Estado, Mike Pompeo, acusó al gobierno afgano de laxismo frente a la corrupción y decidió retener 160 millones de dólares en ayuda para el país, justo antes de las elecciones que se celebran a final de mes.

“Nos oponemos a quienes explotan sus posiciones de poder y de influencia para privar al pueblo afgano de los beneficios de la ayuda extranjera”, dijo el secretario.

Fuente: El financiero.