El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aseguró que acatará una orden de la Corte Suprema para dejar de presionar a los diputados de su país para que le avalen un millonario préstamo que le permita combatir la delincuencia, en un movimiento con el que parece intentar reducir las tensiones generadas tras llamar a la “insurrección’’ contra el Congreso.

Aunque no compartamos lo resuelto por la Sala de lo Constitucional… acataremos la orden emanada’’, señaló ayer en un comunicado la Presidencia de la República.

Tras un choque de poderes entre el presidente y la Asamblea Legislativa, que se agravó el domingo cuando fuerzas especiales de la policía y de la fuerza armada entraron al recinto legislativo para presionar que se aprobara un préstamo de 109 millones de dólares para impulsar su estrategia de combate a las pandillas, la Sala de lo Constitucional de la Corte le ordenó a Bukele no usar a las fuerzas de seguridad en “actividades contrarias a los fines constitucionales”.

Los diputados que integran la comisión de Hacienda del Congreso se reunieron para tratar de buscar un consenso a fin de aprobar el préstamo en discusión, pero, después de prolongadas intervenciones donde hicieron un recuento de lo ocurrido el domingo, decidieron volverse a reunir el próximo lunes.

Por su parte, Estados Unidos hizo saber al gobierno de Bukele que el ingreso de fuerzas armadas al Congreso es “inaceptable” y “viola la separación de poderes de las instituciones democráticas de ese país”, dijo un portavoz del Departamento de Estado.