Con 94 votos de todas las fuerzas políticas del pleno del Senado y en una sola ronda, Margarita Ríos-Farjat fue elegida ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para ocupar la vacante de Eduardo Medina Mora.

De esta forma, Ríos-Farjat se convirtió en la segunda titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) que llega a la Corte, dado que en 2012 lo hizo Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

Aunque el panista Damián Zepeda llamó a votar por la académica Ana Laura Magaloni, ella sólo recibió 25 votos, provenientes del PAN mayoritariamente, pero con seis originados en Morena, mientras que la tercera de la terna, Diana Álvarez, sólo obtuvo un voto, de Morena.

El Senado utilizó una nueva forma para la votación, a fin de hacerla más transparente, luego de que el mes pasado se desatara la polémica por la elección de Rosario Piedra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

CLARA MAYORÍA

La presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, ordenó la distribución de los sobres con las cédulas de votación, identificados con los nombres de cada uno de los 128 legisladores. El primer reporte fue que se entregaron 122 cédulas y los senadores ausentes fueron los panistas Raúl Paz, Gloria Núñez e Ismael García; la emecista Indira Kempis, la morenista Antonia Cárdenas y el verdeecologista Raúl Bolaños.

Desde ese momento quedó claro que la mayoría calificada requería de 82 votos.

Una vez emitidos los sufragios, los secretarios de la Mesa, convertidos en escrutadores, reportaron que en la urna se encontraron 122 cédulas; dos hojas en blanco, un barco y un avión de papel, el cual incluso el morenista Primo Dothé, uno de los secretarios de la Mesa, intentó hacerlo volar, sin lograrlo; en las imágenes sólo se observa que Félix Salgado introdujo  su voto doblado como triángulo, pero no se ve quién metió el barco y el avión.

Esta vez, los votos fueron contados y verificados por las cuatro secretarias y el secretario de la Mesa Directiva y los resultados se dieron a conocer públicamente una vez que todos estuvieron de acuerdo con las cifras.

Así, aunque seis morenistas votaron por Ana Laura Magaloni, la mayoría de Morena logró los votos suficientes para Ríos-Farjat, a quien eligieron una vez que la escucharon ante el pleno y, de acuerdo con las valoraciones expresadas, si bien consideraron que Magaloni tiene una preparación importante, sus ligas con la derecha y las organizaciones sociales que golpean todos los días al gobierno no les garantizaba un criterio jurídico imparcial, a pesar de ser colaboradora del gobierno morenista de la Ciudad de México.

PERFIL

  • Ana Margarita Ríos-Farjat nació en Monterrey. Es abogada por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Tiene maestría en Derecho Fiscal.
  • El 5 de diciembre de 2018 fue nombrada jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
  • Será integrada a la Primera Sala, que resuelve temas de índole penal y civil, y en la que se han resuelto asuntos como el uso lúdico de la mariguana, uniones gay, el caso Florence Cassez, omisión legislativa e interrupción del embarazo, entre otros.

“NO ESTÁ COMPROMETIDA MI CAPACIDAD DE PERSONA CRÍTICA”

La nueva ministra de la Corte, Margarita Ríos-Farjat, aseguró que “mi capacidad de persona crítica no está comprometida” por haber trabajado en el gobierno federal, por lo que garantizó que fomentará y resguardará la autonomía de ese tribunal frente al Ejecutivo federal.

Amable, como pocas veces en una persona recién electa por el pleno del Senado como ministra de la Corte, Ríos-Farjat destacó que comprende la preocupación social en torno a la autonomía del Poder Judicial, pero recordó que su trabajo será público y la sociedad podrá observarlo.

Nos espera un gran reto. Lo asumimos con mucho entusiasmo. Es una institución en la que creo mucho; Ha hecho un magnífico trabajo, lo está haciendo y vamos a sumarnos a lo que se está llevando a cabo ahorita”, dijo.

Interrogado sobre su independencia ante el Poder Ejecutivo, explicó que la pregunta es un poco falta de respeto a la decisión del Senado, pero “la comprendo, porque es una preocupación social.

Trabajaba en el gobierno federal, era jefa del SAT, eso podría ser un vínculo, porque he sido parte de las autoridades fiscales mexicanos, pero no veo ningún problema, el trabajo es público, seguirá siendo púbico y yo lo que puse a consideración del Senado de mi expediente de vida; viene desde atrás, como abogada; mi compromiso es que eso quede muy claro, he trabajado en el gobierno y donde nos han acompañado miles de funcionarios”, precisó.

Añadió que “yo veo que paso de un órgano técnico a otro, muy distinto, con una responsabilidad social y constitucional muy distinta, pero yo no veo ninguna forma que mi autonomía o mi criterio o capacidad de persona crítica que vea comprometida de modo alguno por haber aceptado una encomienda muy alta, el trabajo está ahí, es público, fuera de elucubraciones; es la imparcialidad y trato de expresarme bien en mi trabajo”.

Momentos antes de ser elegida, dijo que “existen fragmentaciones muy serias, disparidades graves, desequilibrios a partir de situaciones económicas, educativas, geográficas e ideológicas.

En este contexto, la Corte, como máxima garante constitucional, está obligada a utilizar de forma más creativa posible todas las herramientas interpretativas y jurídicas a su alcance para contribuir a subsanar esas desarticulaciones.

De no ser así, difícilmente podremos hablar de que nuestro sistema jurídico es coherente y justo, podremos decir que el esfuerzo se hace, que hacia allá vamos, pero en realidad vamos hacia esa coherencia y esa amplitud gozosa.”

Fuente: excelsior.