Cuando nació, los médicos dijeron que Georgie no podría llegar a la adolescencia.

La esperanza de vida para una persona con síndrome de Down siempre ha sido inferior al de una persona que no tiene esta condición, es decir, cuando un bebé nace con esta característica genética, el contexto social y los avances científicos, determinan los años que esta vivirá, pero muchas veces el pronóstico se rompe, como en el caso de Georgie Wildgust.

Hace dos décadas, su esperanza de vida era de 30 años y actualmente de 60, lo que quiere decir que con el tiempo, esta va mejorando, sin embargo, cuando Georgie nació, en 1942, los médicos estimaron que no viviría más de 10 años, pero el pensionado residente de Carrington, Reino Unido, rompió esquemas al celebrar su 77 aniversario en agosto pasado.

Georgie vive en una casa de asistencia a la que se mudó cuando su mamá murió en 1993, pues a pesar de que tiene dos hermanos, no quiso que nadie más de su familia continuara haciéndose cargo de él.

Durante sus años productivos en cuestiones laborales, Wildgust trabajó como jardinero y fabricante de alfombras, pero eso ha quedado en el pasado, ahora sólo se ocupa de divertirse junto a sus compañeros de casa y a disfrutar de sus pasatiempos predilectos, sobre todo del baile que por cierto, hay quienes aseguran que es el secreto de su longevidad.

Para celebrar el acontecimiento, las sobrinas de Georgie llegaron a visitarlo y contaron a medios locales que su tío abuelo es un hombre feliz que disfruta de los pequeños detalles de la vida, entre ellos, hablar vía Skype con su hermana Jean de 79 que vive en Australia. Ellos tuvieron un tercer hermano, Colin, que murió hace tres años a la edad de 71.

 

 

 

 

 

 

Fuente: SDP Noticias.