La Guardia Revolucionaria de Irán ha confirmado la captura de un petrolero de bandera británica en aguas del estrecho de Ormuz este viernes por la noche. Según el medio iraní ‘Al Alam’, el Cuerpo de Guardianes justificó su acción alegando el “incumplimiento de las normas y regulaciones marítimas internacionales” por parte del barco. En consecuencia, añade el comunicado de esta fuerza paramilitar, una unidad del ejército “guió” el buque, con 23 tripulantes, hacia la orilla. Londres ha dicho que está “siguiendo la situación en lo referente a informaciones sobre un incidente en el Golfo Pérsico”. Esta noticia amenaza con elevar la temperatura en un momento crítico para los países implicados.

Horas antes, varios servicios de monitoraje de buques comerciales habían alertado de que un petrolero de bandera británica se había desviado súbitamente de su trayectoria prevista y había penetrado en aguas iraníes del estrecho de Ormuz. Según la cadena BBC, el Departamento de Defensa británico están buscando “información urgente” de su paradero. El buque, llamado Stena Impero, es un barco relativamente moderno de 30.000 toneladas, propiedad de la compañía Stena Bulk. Tenía por destino Arabia Saudí, pero acabó aproximándose a aguas de la isla sureña iraní de Larak durante la tarde del viernes. La empresa propietaria ha explicado que el barco fue intervenido en aguas internacionales.

Esta noticia coincide con la decisión de la Corte Suprema gibraltareña de prolongar la retención del superterolero iraní Grace 1 hasta, al menos, el próximo 15 de agosto. Teherán había advertido reiteradamente de “consecuencias” por la detención de su barco, que Irán considera un “acto de piratería”. Gibraltar adujo que el destino del Grace 1 era un puerto sirio sometido a sanciones europeos, algo que el Gobierno iraní desmintió.

Aparte, esta semana, la Guardia Revolucionaria había anunciado el abordaje de un petrolero de media eslora, de divisa panameña y propiedad emiratí, al que acusó de transportar gasolina iraní de contrabando. El barco, que durante los meses previos se había dedicado a ir y venir a través del estrecho de Ormuz transportando combustible, fue desviado hacia aguas iraníes, sin emitir señal de alerta ninguna. Aquel incidente fue interpretado por la mayoría de observadores como una exhibición de fuerza de los iraníes, con la que vigorizar sus amenazas.

DERRIBO DE UN DRON

La alerta por el paradero del Stena Impero llega pocas horas después de otro incidente en Ormuz, el punto más caliente del globo en estos momentos. Este jueves, EEUU anunció el derribo de un dron iraní en espacio aéreo internacional. Teherán desmintió esta noticia. La Guardia Revolucionaria ha publicado unos videos, de barcos en aguas del Estrecho, que, asegura, demuestran que ninguna de sus naves no tripuladas fue derribada.

Por el estrecho de Ormuz circula aproximadamente un veinte% del petróleo consumido en todo el mundo. Irán y Omán comparten la soberanía de sus aguas en su mayor estrechez. Irán ratificó la convención de Ginebra de 1958 sobre aguas territoriales y áreas contiguas, pero, al igual que EEUU, no ratificó la Convención de la ONU para la Ley del Mar de 1982. Omán sí lo hizo. Esto tiene potencial para generar situaciones ambiguas.

La premisa básica de la convención ratificada por Irán es que, en tiempos de paz, el Estado costero sólo puede prohibir el pasaje de barcos de bandera extranjera si estos son inocentes. En cuanto a la posterior, firmándola, pero no ratificándola, Teherán se reservó el derecho de no aplicarla a países no firmantes como EEUU, que se oponía a la fórmula de la ONU por considerar que concede derechos territoriales excesivos a los Estados costeros. En consecuencia, EEUU aboga por su circulación libre por Ormuz.

En un informe para Sociedad Americana de Derecho Internacional, la analista Nilüfer Ora matiza que “independientemente de las diferencias entre estas dos normas de pasaje, ambos instrumentos prohíben el bloqueo injustificado de de todos los buques”. Cuando el Gobierno iraní ha amenazado con bloquear el tránsito por Ormuz, en el pasado, lo ha hecho aduciendo que es una respuesta proporcional a las sanciones estadounidenses, que prohíben a Irán exportar petróleo con normalidad.

Analistas occidentales creen que, con acciones como el sabotaje reciente de petroleros en aguas del golfo de Omán, o los movimientos de acoso a petrolero o barcos militares, Teherán busca un escenario de estabilidad que contribuya a un aumento del precio del petróleo. Algo que no ha logrado hasta el momento de forma significativa, si bien las sanciones a Irán sí han contribuido a esta subida, la guerra comercial EEUU-China provocó una caída de la demanda, que amortiguó el incremento.

Fuente:ElMundo