De la mano de Alex Morgan, el conjunto de las ‘Barras y las Estrellas’ eliminó a Inglaterra.

Con un fatigoso ejercicio de supervivencia ante las Lionesses de Inglaterra, la selección femenina de fútbol de los Estados Unidos mereció el pase a la final del Mundial de Francia, que este domingo le medira en Lyon bien con la escuadra de Holanda o bien con la de Suecia.

No le resultó sencillo ganar la oportunidad de competir por su cuarta corona. El margen fue estrecho en el marcador (1-2) y también en el césped, de donde salió victorioso el último campeón gracias a los goles de Christen Press y de Alex Morgan y al penalti detenido por Alyssa Naeher en el minuto 84.

Más allá de la agonía final, el partido fue, sin duda, el más gustoso del torneo para los aficionados, por el ritmo impuesto desde el arranque y por el planteamiento de los dos técnicos.

Imaginaron ambos un envite de igual a igual, por la pretendida final del 7 de julio, y ello conllevó tomar decisiones que entrañaban cierto riesgo. Phil Neville sentó de inicio a Fran Kirby, Karen Bardsley y Toni Duggan; Jill Ellis, a la futbolista más icónica del torneo, Megan Rapinoe.